- […] Hoy por hoy puedo decir que he vivido. He detestado mi hogar y lo he extrañado de sobremanera; me han desdeñado inhumanamente y me han complacido en demasía; me ha sobrado el dinero y sé lo que se siente no tener para comer; me he partido el lomo trabajando y he pasado días enteros rascándome el ombligo; he tenido el cabello muy, muy largo y lo he traído muy, muy corto. Parece inverosímil, pero de hecho hay gente que toda su vida ha tenido el mismo corte de cabello, ¡el mismo! Un sólo corte de cabello toda su vida. ¡Uno! Lo más extremo que les ha pasado ha sido el correr de un viento ligero que provocó que se despeinaran un poco.
- ¿Y los que son calvos? – interrumpe Ernesto.
Sifrigedo se queda pensando unos segundos, da una bocanada a su cigarro y mirando hacia la nada concluye:
- Conocen sus tragedias.
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